Antonio
(Francisco Dionisio de la Santísima Trinidad) Palomo y Anaya. Mayor de
los seis hijos del matrimonio entre D. Fernando Palomo Domínguez y Dña.
Micaela Anaya Giménez, nace en Coín, el 11 de abril de 1865.
La
gran disposición del niño para el dibujo y las sorprendentes cualidades
y sensibilidad artísticas que manifestaba el chaval hicieron que, con
tan sólo catorce años, ingresara en la Escuela de Bellas Artes de
Málaga. Donde fue discípulo de D. Bernardo Ferrándiz. Pudo terminar sus
estudios allí dado a una pensión que le fue concedida por el pueblo de
Coín, debido a sus grandes dotes como pintor.
Consiguió
que la Academia de Bellas Artes de Coín no cerrara un año después de su
apertura, favoreciendo así el estudio de muchos jóvenes de la localidad
que no podían permitírsela.
Estuvo
D. Antonio dedicado en Coín a su labor docente sin descuidar su
formación y obra pictórica has que, en 1887, gana una pensión de la
Diputación malagueña para ampliar estudios en Madrid. Convencido de su
natural talento, seguro de su juventud y de su carrera con futuro y en
busca de su estrella en la Corte, don Antonio se marcha a la capital; y
ya aparece, ese mismo años por primera vez, participando en la
Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid con dos cuadros. Su fama y
cotización pasaba ineludiblemente por la participación y triunfos en
estas exposiciones nacionales que anualmente se celebraban, y a las que
concurría con sus últimos trabajos.
Considerado
un pintor a tener en cuenta, forma parte de la intelectualidad
madrileña de la época. Persona muy querida y respetada en esos círculos.
Es requerido por innumerables particulares e instituciones (muchas
religiosas) para pintar encargos.
Aquejado
de una grave enfermedad, a principios de este siglo regresa a Coín. En
su casa de la Alameda sigue pintando más pausadamente, y muchas de sus
obras de esta época lucen, conservadas como joyas, en las paredes de los
hogares de algunos familiares y amigos. La vida del pintor Palomo, como
cariñosamente se le conoce, transcurría discreta y plácidamente en su
Coín natal y sólo dibuja algunos bocetos de familiares. Muchos lo
recuerdan como una persona sencilla, noble, cariñosa con todo el mundo y
a la que nunca envaneció su ánimo el triunfo. Simpático y ameno en sus
charlas, pulcro en el vestir, elegante y señorial, siempre de negro,
barbas blanquísimas y, como buen coíneño de la época, amante del
calibrito mañanero.
Falleció
el 26 de abril de 1941 a los setenta y seis años de edad. Su obra
pictórica, muy elogiada siembre, abundante en su primera época y
prácticamente inexistente en sus últimos treinta años debido,
posiblemente a sus muchas dolencias y achaques, así como a la muerte de
sus dos hermanos, José Palomo y Anaya (periodísta, crítico de arte y
pintor) y Rafael Palomo y Anaya (médico y cirujano), ambos hijos
ilustres de esta tierra, sobre los cuales ejerció una gran protección y
ayuda para que terminaran sus estudios.
El
ayuntamiento de Coín, reconociendo sus méritos y prestigio, le concedió
en 1938 el título de "hijo esclarecido y predilecto de la ciudad",
bautizando con su nombre una de las dos glorietas del parque de San
Agustín, y décadas más tarde, nuestro colegio, en recuerdo de su memoria.
Algunos de sus obras fueron:
- "Revelación"
- "En la tienda asilo"
- "Procesión de la Santa Reliquia"
por el cual la prensa divulgó por todas partes su nombre, se hicieron
copias, se multiplicaron las fotografías y los críticos de arte hablaron
unánimemente de un pintor émulo de los maestros más afamados. 2
- "Retrato del Sr. Gabriel P. De Villapadiena" por el cual recibió su Primera Mención Honorífica.
- "El tránsito de la Virgen" recibiendo
la Segunda Medalla, arrebatándole la primera a D. Joaquín Sorolla. Por
este cuadro se interesó especialmente la reina regente, fue adquirido
por el Estado. Pasó al Museo de Arte Moderno de la capital de España y, a
primeros de siglo, fue cedido al Palacio de Justicia de Barcelona. Se
cree fue destruido, como obra religiosa, en la Guerra Civil.
- "El llanto de los judíos o El muro de las lamentaciones"
- También pintó el estandarte de la Hermandad de la Virgen de la Fuensanta (destruido por las llamas del 26)
1 García Agüera, José Manuel. "Crónicas de Coín". Ediciones Coincidentes. Coín, 2000.
2 Guzmán Moreno, Francisco. "Antonio Palomo y Anaya, pintor y mecenas". Coín, semanario. 1963. Núm. 100. Pág.12.
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